domingo, 18 de abril de 2010

NOCHE CENTÉSIMA SEXTAGÉSIMA

Vamos a enjuagarnos la boca de silencio.
Para ser labios, para ser cuerpo, dijo, y toda su mano fue piel en esa piel que diluviaba lo sagrado del encuentro.

CENTÉSIMA QUINTAGÉSIMA NOVENA NOCHE

quién te dice
qué te opaca de preguntas la sonrisa
qué vas viendo
cuando el sol es sol y viene el día

que callaras
se sabía, era diluvio
que olvidaras
más urgente que mañana, siempre es hoy

que la ruta
limpia voces y es silencio
que te quiero
no es tan nuevo como vos

sábado, 17 de abril de 2010

NOCHE CENTÉSIMA QUINTAGÉSIMA OCTAVA النيل

Infinito grito
y la urgencia
de más vos
más yo
y mayo que te quiero abril.
Insostenible es
entonces creo
que voy a volar en mil sonidos
y estallará la piel en su agonía
de quererte piel entre mi piel.
Llegaste justo
y justo es que sepas.
Tiembla este suelo.
Abre tu río.
Lloro y me callo.
Todo este puente.

miércoles, 14 de abril de 2010

CENTÉSIMA QUINTAGÉSIMA SÉPTIMA NOCHE

san pedro
san fuego
y esos ojos leños ya mirándome.
fuego, voy por más
soy en el calor.
y me vi llorar
por sentir amor.
sola reparé
un arbol cuidó
de mi oruga
y fue
cuando salió el sol
un sauce llorón.
luego me salí
de mi manto a ser
con otros y vi
todo alrededor.
vino el día así
silencioso en paz.
me invitó a entrar
en su calma y fui
tan wilita que
no quise volver.
todo estaba ahí
todo estaba bien.
el dolor.
el calor.
el silencio.
la voz.
y ese río
que no era Limay.

sábado, 10 de abril de 2010

MAÑANA CENTÉSIMA QUINTAGÉSIMA SEXTA

Sonó un mensajito en el celular y lo metí en el sueño. Ficcionar desde los sueños, bonita tarea si las hay. Le inventé un remitente, respaldé la historia con explicaciones impregnadas de lógicas oníricas, esas que le deforman el suelo a Alicia mientras piensa cómo pasar por una puerta tan chiquita siendo ella tan grande.
El mensajito incorporado a mi dormir fue una forma de resistencia a la vigilia. Necesitaba seguir durmiendo. Luego, bocinasos. Varios. Muchos. Mi ventana, la del cuarto (tercio) donde duermo, da a una calle céntrica, y parace ser que los sábados por la mañana la gente va apurada, corriendo tras quién sabe qué cosa. Quizás sea la urgencia de la muerte. Ojala no los encuentre acelerando.
Sin abrir los ojos fui volviendo a esta otra realidad. La que me escribo. Y me sonreí. Estaba en casa. Pondría música, haría mates, ordenaría la mudanza de las cosas. Escribiría. Y así, etc. Esta es la vida, pensé.

jueves, 8 de abril de 2010

CENTÉSIMA QUINTAGÉSIMA QUINTA NOCHE

tan azul es el silencio
infinito y tan muy mío.
van quedando casi quietas
las migajas del olvido.
la noche deja noche
y es mujer,
bastará para salvarnos.

más acá del bien y del mal.

miércoles, 7 de abril de 2010

NOCHE CENTÉSIMA QUINTAGÉSIMA CUARTA

vueltas dan y voy
yendo hasta los pies.
voy umbilical, persiguiéndome.
creo en ese más
que tensa mi piel