miércoles, 30 de diciembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA TRIGÉSIMA

Y si me dijeran que muero ahora, justo ahora, me quedaría tranquila. La llave de gas está cerrada, pagué la factura de teléfono, el patio tiene algunas hojas pero está bastante ordenado, compré dos zanahorias que junto a la lechuga manteca y la milanesoja que guardo en la heladera bien servirían de menú para el almuerzo, regué las plantas, saludé a los amigos y tomamos mates y agua con cubitos mientras fuimos viendo que la existencia no se resolverá jamás y que mejor es sacar belleza del asunto, hice el amor, lo disfruté, miré dibujos animados antes de dormir, dormí la siesta, me di una ducha y perfumé. Ya estoy lista, que cambie el año o venga la muerte, lo mismo da.

CENTÉSIMA VIGÉSIMA NOVENA NOCHE

Guardo todas mis cosas, absolutamente todas mis cosas, esto es, una zapatilla roja; cepillo de dientes para dientes blancos, fuertes y rechinantes; mi overol fucsia y un juego de luces navideñas que no anda. Todo eso en una nube y me preparo a la partida. Será aña nuevo en el montaño y ahí estaré yo, con mi nube, dispersando lluviecitas violináseas. No vayan a creer, y esto se los pido por el amor a dios, y no el de él porque mejor me callo y no les digo, no vayan a creer que ya me he ido. No. Acá estoy, guardando mis cositas, zapatilla, cepillito, overol y dientes blancos, todo en esta nube a la montaña. Y aunque hace días no aparezco en los espejos, no me preocupo, empezaré aña nuevo en el montaño. Será de dios.

martes, 29 de diciembre de 2009

NOCHE CENTESIMA VIGÉSIMA OCTAVA

prender el fuego
llorar de risa
salir corriendo
correr gritando
quedar desnuda
quedar vibrando
desgarrar el cuello
explotar de angustia
tirarse al piso
mirarse al suelo
morder la pena
quedar ahí
tirado

CENTÉSIMA VIGÉSIMA SÉPTIMA NOCHE

fin,
después de mí
antes que yo,
que sea luz,
supiste abrir
mil puertas
soy,
supe decir
amor y más,
arroz con leche
nos vimos jugar,
yyanoescribomásporquememuerodesilencio.

domingo, 27 de diciembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA VIGÉSIMA SEXTA

Olvidé mi nombre bajo tu nombre bajo mi niña bajo la ausencia, bajo y por bajar me hundo en la carencia de la querencia de los oblicuos, pues tan oblicuos mis pensamientos, que me desgarran con desaciertos y se me inscriben las sobredosis, los altibajos, las podredumbres de ojos desiertos bajo mi manto, mi apellido, todo mi brío, aminorado, y del pellejo saldrán espinas que sin cortarme hoy me desangran pidiendo a gritos, las muy salvajes, que me aniquile en el espanto de no creerme ya casi nada de las mil nadas de cada día, y si esta noche salgo volando desde la cama hasta tu esquina, no me preguntes qué quiero o busco, ya no podría más que olvidar mi nombre bajo algún nombre, llora mi niña, muere de ausencia.

jueves, 24 de diciembre de 2009

CENTÉSIMA VIGÉSIMA QUINTA NOCHE

la sal del sol
la deja piel
la sed del mar
sola en su ser
transparente
y fugaz

NOCHE CENTÉSIMA VIGÉSIMA CUARTA

salda el limbo de tu muerte
unas cuentas con mi calma,
brilla solo el sol, se siente
ya vibrando en mis orillas.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

CENTÉSIMA VIGÉSIMA TERCERA NOCHE

volteo,
te veo,
me digo,
te pido,
me saco,
de mi,
olvido.
franca,
frontera,
funesta.
sorteo
mis dagas.
te llamo
despierto,
despisto,
convierto.
te brindo,
feliz es
nuestra fiesta.

martes, 22 de diciembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA VIGÉSIMA SEGUNDA

cuán ávida luz
se desenrosca en mis brazos
y vuela,
pidiendo pistas
a un cielo sin nombres.
cuál es el color
que llevo en mis soplos.
ser descalza y saber
uno en uno los lazos
que van de la carne hasta el sol.
y te espero soñar,
en mi clave después
vienen cuentos mejores.
y del suelo caerán
de dos en dos
mil eslabones,
de una condena
que ya me olvidé,
que sin ser mía me fue.

martes, 15 de diciembre de 2009

CENTÉSIMA VIGÉSIMA PRIMERA NOCHE

Lucy canta, cuenta, no se sabe con di amantes.
Lucy muerde tierra, aún delira hilarante.
Lucy se detiene, en la esquina mira un poste, dulce pajarillo reclamando la corteza en algún cable.
Lucy se avecina, se pasea por su calle, replegada va en sus flores, sueña un sol convaleciente.
Lucy inmersa entre las gentes, respira de su snorkel, no se ve muy diferente, de esa niña blanca, casi blanca o transparente, que vivió sus días tan al borde de la llaga, que quemó sus ropas, que danzó en el fuego, que volvió tan clara a curar el tiempo.
Lucy tiene ganas de vibrar en su camisa, latiendo va los vientos que le quedan, y si no sonríe, si se ve confusa, es que siempre Lucy, Lucy está tramando algo.
Lucy se despliega, faltan diez para las cinco, revuelve papeles, letras, busca algo más que lo de siempre.
Lucy quiere un mar que sea cielo, que sea a sorbos, y que si llueve, si llora un poco, sea de día noche, de noche amante.

domingo, 13 de diciembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA VIGÉSIMA

la sed del sol
bebiendo mar,
la sal de ser
en sexo así,
vení, me voy,
decimos más

sábado, 12 de diciembre de 2009

CENTÉSIMA DÉCIMA NOVENA NOCHE

pasa, posa, brisa encarna
mira niña, mora en blanco,
sueño, sueña que se duerme
cuna canto en su calma,
cama es cuerpo
cuerpo en manos,
es de noche
y es silencio

miércoles, 9 de diciembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA DÉCIMA OCTAVA

sí, puede ser, no se, en fin, tal vez, quizás, por qué, veré, sin más, ya se, no es, o si, pensar, si fue, o es, tal vez, quizás, sabés

sábado, 5 de diciembre de 2009

CENTÉSIMA DÉCIMA SÉPTIMA NOCHE

salir a buscarme, volver a encontrarme

NOCHE CENTÉSIMA DÉCIMA SEXTA

me vas probando

te voy queriendo,

me vas sabiendo

nos acercamos.

sin ser certeros

nos desabrimos,

no nos cerramos.

si me da sueño

me voy un rato.

me vuelvo luego

a la sonrisa.

me desconcierto

me das concierto,

somos la brisa

el viento al tiempo.

no me preocupa

decirte algo.

me desarraigo

entre tus dedos.

y voy saltando

de rama en rama.

me se más mono

si me hacés gracia.

vuelvo a mi cucha

es que soy perro.

y ahí te busco

en mis palabras

y sos bien lindo

cuando te veo.

sin mayúsculas

ni minuendos.

jueves, 3 de diciembre de 2009

CENTÉSIMA DÉCIMA QUINTA NOCHE

a flor de piel
la piel en flor
ya casi voy
volviendo a ser
queriendo en mí
salir el sol
para este mar
que llevo aquí
así en mi sal

NOCHE CENTÉSIMA DÉCIMA CUARTA

digo si
beso luz,
sueño sin
por el son,
baila él
bailo yo,
felices fiestas


sábado, 28 de noviembre de 2009

CENTÉSIMA DÉCIMA TERCERA NOCHE

de los sien mil momentos
mil,
de este día y sus colores
zen,
que expanden la sonrisa
de lado a lado,
sin pestañear digo y digo
en el decir que no se acaba,
que sin saber y aún sabiendo,
me se más viento,
y el huracan que hoy me mueve
es arcoiris,
que soy más yo cuando me río
y me festejo.
sensualidad es
primavera
y soy noviembre.

jueves, 26 de noviembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA DÉCIMA SEGUNDA

Me desvivo
te desmuero
Me desvisto
con sombrero
Te desboco
- ser sin cero -
Te atraigo
te despliego
En mi siempre
soy de a ratos
Te suavizo
y exaspero
Te derramo
me silencio
Te sonrío
sabiendome
la más amante
de tus guitarras

CENTÉSIMA DÉCIMA PRIMERA NOCHE

Un color, hay, que me persigue
se cruza por mi calle
mira fijo
me despeina
tironea
se sonríe
no me deja
yo lo veo
bien lo asumo
le propongo
cosas nuevas
Desafíando su energía
voy por más
voy y vas
sola voy
a saltar
a soldar
a saldar
este azul sin osadías

miércoles, 25 de noviembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA DÉCIMA

cuándo, es todavía
cuánto, es demasiado
cuál, no hay quien lo sepa

martes, 24 de noviembre de 2009

CENTÉSIMA NOVENA NOCHE

asentía sabiendo que todo lo dicho era una mentira que ella repetía para calmarse los abismos

NOCHE CENTÉSIMA OCTAVA

llueve y no hay sitio más mojado que tu abrazo

CENTÉSIMA SÉPTIMA NOCHE

bailo desnuda
tu canción sin cuerpo
llevo en las manos
el más mudo silencio
te escucho pensando
pensándome

lunes, 23 de noviembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA SEXTA

me canto una canción para dormirte

domingo, 22 de noviembre de 2009

CENTÉSIMA QUINTA NOCHE

permitime que te diga
dejame que te cuente,
que el mate en tu mañana
luego de una noche al dente
me ha dejado desplegada
en un cielo de nostalgia
tan azul como mis voces.
que tu viento me despeina
y ahora brisa, soy y siento,
que este amor no se termina
acá
ni acá
ni más acá

NOCHE CENTÉSIMA CUARTA

tan lejos de mí
casi debo estar
pero si me fui
fue para alcanzar
es que no te vi
brillando un mismo sol
si me lo perdí
refiero la cuestión
como una pelotita de tenis
que va y viene
viene y va
bla bla bla
ya me voy
ya me fui
no volví
pero estoy
un poco violeta
y otro poco azul celeste
y al que quiera naranja, que le cueste
gracias mi amor
gracias tu amor
y gracias los monos

sábado, 21 de noviembre de 2009

CENTÉSIMA TERCERA NOCHE

de las palabras
a los hechos
y de los hechos
a las haches
sordomudas
de los hombres
en su hambre
y en sus humos

miércoles, 18 de noviembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA SEGUNDA

Si me pierdo un poco
si me voy adentro
no es que no te vea
no es que no te crea
No saltes al vacío
no hay más que un perro herido
moviendo aún la cola
Sin lunas en los ojos
te miro y pestañeo
Un poco a la distancia
Un poco a la memoria
de los que se fueron
cantando bajito
con la voz en alto
y en el apunten, fuego
Quizás ya sea tarde
para mí o mi manera
El tiempo es un agujero
y aún sangro por el día
en que vi caer mis muertos

sábado, 14 de noviembre de 2009

CENTÉSIMA PRIMERA NOCHE

sonrisa, silencio, sonrisa
el tiempo tirado y sin ropa
tus manos tan tuyas
mi pausa, sin prisa
fade in
fade out
feliz cumpleaños
fade away

martes, 10 de noviembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA

Sueño que sueño que me despierto, viene tu nombre, se mezcla en mis dedos, y juntos, vos, tu nombre, mis dedos y yo, nos hacemos una tarta de espinaca, zanahoria, remolacha, cebolla, huevo, jamón y queso. Como me enseñaste, y como te aprendí mientras me decías lararira rirarí. Si volvés más tarde, nos la comemos. No así el mundo. Ya no. Porque miro mis dedos y no está tu pelo revuelto en mi cama.

NONAGÉSIMA NOVENA NOCHE

Primero incendió su pelo, y así, poco a poco y como cosa natural, fue prendiendo su cabeza que de quemar ya bien sabía. Pensó en gritar, pero no, toda su boca era sonrisa y le mordía las palabras al reloj.

jueves, 5 de noviembre de 2009

NOCHE NONAGÉSIMA OCTAVA

Please don´t enter there
Running are the ghosts over my head
Shut up your words
I´ll have to kiss you
Give me back
what I´ve been being
without you
running over my ghosts
I´ll have to kill you

lunes, 2 de noviembre de 2009

NONAGÉSIMA SÉPTIMA NOCHE

A dónde ir, si todos los lugares son el mismo lugar, pensé. Y retomé la valija de cuero violeta que de mí pendía, con la indecisión de quien se parte en partes y en el partir, se piensa un poco más alivianado. Alguien pasó preguntando la hora. No se, respondí, y aceleré mi paso. Vino la noche. Muy de repente. Fue un apagón. Y me ví llorando sentada a la luna de un farol naranja. El no va a volver, me dije.

sábado, 31 de octubre de 2009

NOCHE NONAGÉSIMA SEXTA

tengo los ojos cansados de mirarte
sobre todo
cuando no estás

NONAGÉSIMA QUINTA NOCHE

Terminé de hablar y se movió. Un poco, sólo un poco, pero me di cuenta. Se le corrió algo en la mueca que traía y aunque en seguida la volvió a su sitio, yo ya había visto y de ninguna forma iba a pretenderme distraído. Así, me quedé ahí parado, en frente suyo, a la espera de los hechos. Acomodó su gesto severamente, intentando normalidades que ya no la serían, y volvió sus ojos a los míos, ajena a sus sucesos, presa de las pieles, haciéndome preguntas. Yo iba contestando, de una en una, sin correr la vista de aquellos secretos que nos separaban. Y volvió a moverse, como sacudida por un viento espasmo que soplaba suelto desde su mentira. Me quedé callado. Me miró aturdida, sin poderme lejos estiró la mano llegando a la mía, y pidió firmeza. La sostuve entonces, en aquel silencio que nos explicaba. Siguió preguntando. Siendo tan omisos todos nuestros casos, conversamos arduo y marcó su frente toda la ironía de hablarnos en clave. Se soltó de pronto. Me miró culpable, casi sonreía sin querer hacerlo. Se estiró su boca, ambidiestramente hacia los costados, y aflojó los labios pidiendo perdones. Yo no dije nada, apenas creía en la carcajada que la sacudía o en sus convulsiones, que la demandaban tan cerca del piso, sentada en cuclillas, cada vez más sola. Escuché creciendo su grito hilarante y quedé tan quieto como desahuciado, ya no había vuelta y ella que se iba. No puedo decirles cuánto fue en el tiempo, lo que aquel momento nos tomó de espanto. Pero sí contarles, que aunque la quería, no pude saberla más que en ese trance de locura idiota, que la evaporaba, dominando el miedo todo lo posible, y esquivando charcos de su muerte en sangre. Se quedó vibrando su fiesta sin gente y me fui despacio, caminando un poco, por donde venía. Sin doblar esquinas, sin llorarla a veces, sin quererla tanto.


jueves, 29 de octubre de 2009

NOCHE NONAGÉSIMA CUARTA

Circulan remolinando mi pregunta. Son gentes, al ras del suelo, van con anzuelo metido en la prisa y la ceguera evitando espantos. Los miro, me aburro, me siento en la vereda y no espero más que tu mano.
Llegás, cantando bajito, queriéndome urgente. Se te ve en los ojos, y sonrío. Te sentás también. Tan bien al lado mío. Y me escribís, unas palabras al oído. Te escucho y aprendo, a quererte entero. A besarte en nombre, de las que se fueron. Y me quedo en calma, porque nos reímos.
Te pesa la cruz, te cuento las mías. Me alejo un poquito, sólo un poquito corro la cara para verte bien, o para verte. Y sonrío de nuevo, porque me gustás y te lo digo, y en el decir, que no se acaba, se va la muerte, asustada de la luz que derraman nuestras sombras.
Sentados ahí nos pasamos unos ratos rotos, esperando que se dejen las nubes llover. Sentados sintiéndonos, alados, soltándonos las cuerdas.
Me pedís llorar y te abrazo brisa porque todo pasa. Yo mientras te canto y te quiero un poco. Y otro poco más, pero me cuido.
La otra cara es el brillo, te digo. No hay sol sin luna, y al mar hay que bebérselo todo. Entendiendo como siempre, me mirás triste, pero no tanto. Te enjuagás el llanto y nos levantamos. Para no callarnos más las bocas. Para ir siendo, nos vamos. A buscarnos luces en nuestros colores.

NONAGÉSIMA TERCERA NOCHE

Pestañeé dos veces

Estoy improvisando, musité. No se cómo se hace. Me miró atenuado, casi melancólico. Corrió el pelo que me cubría el ojo y sonrió. Estás escondida. Estoy, dije, y no creo en los milagros. Lo entendés? Insistió. Si, si, respondí. Son muchas palabras, pero entiendo. Entiendo y no me importa. Se quedó callado. Un momento o dos. Me abrazó. Un momento o mil. Me guardé en su cuello. Me guardé en silencio y lloré los días que hicieron abismo en el encuentro. Me apretó más fuerte. Casi me dolía, estirar la mano y que sea un sueño. Es una herejía, pensé, que me acuse el tiempo por haber tardado.
Nos desprendimos sin querer hacerlo. Nos despedimos sin sabernos lejos. Y se fue. A su casa. Y yo, a la más mía de mis suyas. A dormir un poco y soñar más claro.

Cuando desperté, porque entraba el día por el vidrio roto de mi lente viejo, estaba pegado casi por completo a mi piel sin sombra. Sonreí despacio. Antes de ser cierto, pestañeé dos veces. Luego recordando, le pedí su mano, que ya bien despierta merodeaba el manto que a mi sed cubría. Dibujó colores en el techo alado del cuarto ambidiestro. Le ofrecí besarlo y aceptó sabiendo, que le hablaba en serio. Nos desvanecimos casi por completo. No dejamos huella. Nos enmudecimos. Nos desdibujamos. Y otra vez el día, reclamando vuelta. Así nos volvimos. Sin soltarnos pronto, sin querer lloramos. Un poco, y otro poco más. Otra vez los besos y así nos saltamos, todos los mañanas y sus desencantos. Es cerrar los ojos, dije. Respiró muy cerca. Temblando su viento, con su prisa en pausa. Dominó su encanto y pude salirme, a buscar mis ropas entre los vestuarios. Vamos a cantarnos, que se acaba el mundo, dije.

Y desperté, porque entraba el día, por el vidrio roto de mi lente viejo.

NOCHE NONAGÉSIMA SEGUNDA

lo dicho, lo hecho
el beso que nos fuimos
el silencio de la muerte
lo que guardamos
lo que nos vimos
el querer con cruces
el crecer de a pasos
lo que cantamos
lo que nos dimos
el saber despacio
el tener espejo
lo que soy en vos
lo que ves en mí
es amor
y a quién le importan las palabras

NONAGÉSIMA PRIMERA NOCHE

Se expande entre vos y yo, la certeza de no saber si, no beber de, no correr con. Se erige tu dios y mi risa estalla de tristeza.

sábado, 24 de octubre de 2009

NOCHE NONAGÉSIMA

espero no escuches todo lo que grito en tu cuello
y a nuestro abrazo se le caiga la ropa
espero que tu paso avance bien firme
espero tus labios me digan que es hora
de hablar todos los besos callados
soy tu guitarra, y me da gusto
sos mi canción.

miércoles, 21 de octubre de 2009

OCTAGÉSIMA NOVENA NOCHE

Viajar sin moverse
Reir sin llorarte
Esquivar los charcos
de los que hacen agua
y se evaporan
dejando la nada
Habiendo pasado
sin pasar realmente
Entibiar mis días
con tus besos mansos
Y mi canto, que es más cuando me tocás
en tu guitarra
Y me mirás sabiendo
que te quiero en calma
que no desespero
pero que respiro
en tu piel callada,
toda la ironía
del tiempo a destiempo
O mi decir que dice
estar reposando
Te beso los sueños
me duermo en tus manos

sábado, 17 de octubre de 2009

NOCHE OCTAGÉSIMA OCTAVA

Dejaste tu olor en mis ropas
En mi puerto anclaste algo de voz
y casi sin quererlo
te saliste de tu eje
Naufragando en mi silencio
vomitándole a tus dioses
toda la mentira que no te lloraste

jueves, 15 de octubre de 2009

OCTAGÉSIMA SÉPTIMA NOCHE

Apoyé mis dedos en tu boca, el índice y el mayor de la mano derecha, ya era momento de callarte. Y te miré sentenciosa. Casi ambivalente. Como siempre, caprichosa. Y susurraste, no obstante, entre mis dedos, alguna cosa, que ya no importaba, que iba a olvidarse.
No hace falta, dije, que me digas nada. Ya bien nos sabemos y ni mil palabras, podrán explicarnos.
No me sonreíste, sólo me besaste, primero los dedos, luego todo lo que iba a decirte. Así me callaste. Y accedí dócil al olvido.
Juntos caminamos, entre otras personas. Iban nuestras manos traficando viento sobre nuestros pasos, y no nos perdimos, sólo divagamos, por cien mil veredas y alguna verdad, que nos refutamos antes de ser cierta.
Tendrás que cantarme un rato cada noche, sonreírme a veces, ordenarme el pelo y desordenarlo, antes de que el gallo entone las doce. Así me propusiste que nos intentáramos. Mantuve mi adentro un poco conversando, con el centro mismo, y te di respuesta. Tendrás que cuidarme de los siempre azules días de rezago. Sembrarme canciones, curarme de espanto, tocarme muy suave, ser piel y toda la belleza, que capte mi tiempo mientras nos jugamos.
Tenemos hecho un trato me comunicaste, acercando la frente a mi frente arduo. Y nos abrazamos, firmando sonrisas en la primavera. Jurando reírnos, cuando esto se muera.

miércoles, 14 de octubre de 2009

NOCHE OCTAGÉSIMA SEXTA

I´m starting to love you
I´ll have to kill you

OCTAGÉSIMA QUINTA NOCHE

Caminabas de espalda, yo retrocedía
Cada palabra que fuimos, era despedida
El abrazo nos llevó un momento
y otro tanto la consigna
de callar a tiempo
De saber que somos
más en el silencio
Cuando al fin cerraba
la puerta dolida
de saberte lejos
Vos que te volvías
al abrazo tibio
a las confesiones
tan desmesuradas
como la agonía
de querer sabernos
del cuerpo las almas
De dejar que el llanto
sea en la guitarra
De sentir las manos
como nunca antes
Escondiendo viento
siendo tan amantes

NOCHE OCTAGÉSIMA CUARTA

cuando pase el viento, y se termine el tiempo, cuando abra los ojos, despacito, en un leve intento, veré, qué quedó de mí en el espejo

domingo, 11 de octubre de 2009

OCTAGÉSIMA TERCERA NOCHE

la cabeza es una rama para colgarse
el amor, una ilusión para abrasar nos
sonrío te
lloro café

viernes, 9 de octubre de 2009

NOCHE OCTAGÉSIMA SEGUNDA

El hombre gris ha perdido su sombrero y casi toda su materia. Poco sabe de pecados y casi no alucina nada. Mide el tiempo, cuenta cuantos y enumera. Uno, dos, tres, mil quinientos setenta y cinco coma tres. No transpira, no se pierde. No se ríe, no recuerda. Va derecho, atemperado. Yo lo miro, y no me pierdo por tocarlo. Me adentro, en su olvido, en su estrago, y lo pienso. No lo creo demasiado, pero intento, merodeándole las sombras, dibujarlo. Y lo pinto. Un poco azul para la noche, algo fucsia enamorado, le echo luz, luego lo entierro, lo sacudo y lo levanto, le pongo barniz a su locura, le digo que no cuando pregunta, le mido la fe, le cuento sangrando, que no hay color, ningún color, no hay color. Luego me voy. Silbando arcoiris.

OCTAGÉSIMA PRIMERA NOCHE

Mis dedos mudos en tu silencio
Mi pelo revolcado en tu arena
Mi traje gris queda en calma
pues tus colores lo pueblan
y lo saben
y lo queman
Y me enciendo, brillando en tus luces
soplándote el tiempo
que nos mira arduo
que se ve contento

miércoles, 7 de octubre de 2009

NOCHE OCTAGÉSIMA

Se me escapaba el viento entre las manos y vos sonreías esperando el milagro de conjugar el tiempo. Velero varado se quedó en tu prisa y no necesitabas más que un ser alado que te llenara de risa, te besara acostado y se infundara de ganas de dormirte cantando, de amarte despierto, de vibrar tus espasmos y querer tus días.
Vas a dónde vengo? Preguntaste. Y no hubo más remedio que besarte a la luna de los soles, a las noches y sus noches, despegando de calor en mi memoria.
Cuán ajada llevás esa lanza en el costado? Dije. Y te quedaste inquieto, casi insinuando, que no nos sabíamos.
No nos separamos, pasaron inviernos, moras y retrasos. Se nos hizo viento todo lo llorado y se quedó la brisa, casi vislumbrando, en tus mil colores, en mi sien volando.
Voy donde me lleves respondí, y empezaste a seguirme, en mí mimado, en mí tu pelo, que se remolinaba sobre lo deseado. En mí el deseo, me callé esa parte y comprendí tu tiempo.

lunes, 5 de octubre de 2009

SEPTAGÉSIMA NOVENA NOCHE

Move over
Come here
Come, shout me your silence
Rain me, I´m falling
into your sweetness
Hold me again
Keep me there
just for a while
Let´s give god the chance
to watch us playing

domingo, 4 de octubre de 2009

NOCHE SEPTAGÉSIMA OCTAVA

I´m bleeding
Oh god
I´m bleeding your name
I´m crying
Oh god
I´m crying yourself
I´m meaning, I´m given, I´m trying
I´m squeezing your lake
and shivering your drops

SEPTAGÉSIMA SÉPTIMA NOCHE

Te morís en mi
te dejás salir
Y te veo
sin estar en mí
casi sin sonrisa
casi sin
Y tendrás
que aullar para que oiga
que matar sin que me muera
Serás en mí, cegueras y mil lluvias
espasmos,
sol perdido
Tendrás mi dolo, mi duelo
mi alma doblada de miedo
casi arrodillada
mi tiempo salvaje
mi piel con amantes
mi verbo, mi carne
mis uñas, mi sangre
pidiendo que seas
no tan urgente
no tan celeste
no más que antes
no para siempre
Y sin amarte puedo
sonreír mi llanto
ser solo un momento

martes, 29 de septiembre de 2009

NOCHE SEPTAGÉSIMA SEXTA

la fugacidad de las estrellas
la inmensidad de tu belleza
lo agudo de tu carne
el brillo de tu risa
invitándome
a donde siempre
a donde nunca
somos hoy

domingo, 27 de septiembre de 2009

SEPTAGÉSIMA QUINTA NOCHE

el azar de los dados y los dedos
el misterio de los días y las dudas

sábado, 26 de septiembre de 2009

NOCHE SEPTAGÉSIMA CUARTA

Se quedo, la amistad rotunda
revuelta, casi abandonada
Envuelto, mi cuerpo en tu abrazo
me duermo, en tu inmensidad
Suavizan, tus manos mis días
sonrío, ante todo azar
Te digo, quiero ser tu amiga
me dices, quieres algo más
Y vamos, poblando la cama
de risa, siestas y alquitrán
Y juego, a que no me creo
el juego, de los que vendrán
Reclaman, pidiendo su parte
a mi, no me importan ya
Tu piel, pega con la mía
un salto, y nos ven llegar

LOS DIOSES

viernes, 25 de septiembre de 2009

SEPTAGÉSIMA TERCERA NOCHE

Leerte entre líneas
agudizará tu sombrero
calmará tu sombra
te devolverá el encanto
Y ya no te canto
porque me das igual

jueves, 24 de septiembre de 2009

NOCHE SEPTAGÉSIMA SEGUNDA

Primavera soy
ya no busco en vos
mis flores ni mis días
Prima ver a
mi estación y mi puerto de partida
A mi
Circular
pero con puertas
al mar
a vos
a él
a ella
al día en flor
al flor de piel
Del sol el calor
y a los siempre
su sagrado vencimiento
sin derrotas
ni vencidos
Con cosquillas en la frente
y en el sombrero, la ironía
voy y vengo
vengo y voy

SEPTAGÉSIMA PRIMERA NOCHE

la conversación matutina
el surrealismo
a flor de piel
en prima ver a

¿prima ver nos?

NO

NOCHE SEPTAGÉSIMA

Construir
Para destruir
Para volver a construir
Para que vos
Para que yo

Ser
Y estar en eso
Con los más
Los menos
Los sin cuenta veces 7
Y el amor
que se esparce
de tu sonrisa
a la mía
Que ilumina al sol
con día eterno
que se termina
para ser noche
Para ser no
Para no ser
Para ser si
Para ser sal

domingo, 20 de septiembre de 2009

SEXTAGÉSIMA NOVENA NOCHE

Ser hasta alcanzarme

NOCHE SEXTAGÉSIMA OCTAVA

Me vi decirte, explicarte cómo y cuándo, enfriarme ante tu gesto tibio, congelarme en la coincidencia, y no reaccionar por un segundo, o por un momento.

Te vi sonriendo, llenando mi cara con tu mano en duda, poniendo en mis ojos toda tu vehemencia, descifrando sin hacer preguntas, quitándome las ropas en suave silencio. Te vi sentir toda esta locura, cerrando la vista para ver más cosas, descalzando al tiempo, mojando su arena. Te vi llegar, como vino el día y cientos de aplausos, que nos acaloran, que nos reivindican, ante toda muerte, ante todo el viento.

sábado, 19 de septiembre de 2009

SEXTAGÉSIMA SEXTA NOCHE

Voulez-vous coucher avec moi, ce soir
Bésame la cruz

viernes, 18 de septiembre de 2009

NOCHE SEXTAGÉSIMA QUINTA

Me vuelco en tu risa
Tiemblo en tu mano
Transpiro tus tiempos
Loquitos estamos

Fundiendo los cuerpos
Ardemos profanos
De tiempo
De esposas
De anillos

Que se resbale la canción
entre tus dedos
Que se quiebre mi voz
en el silencio
Que se queden los cuerpos
ardiendo fundidos
pudiendo profanos

Quiero ser tu guitarra

martes, 15 de septiembre de 2009

SEXTAGÉSIMA CUARTA NOCHE

No suspiro y así y todo
voy permaneciendo.
Inmune.
Recipiente y testigo,
carente de ombligo
de cena materna.
Cadencias, compases,
de causas y verbos.
Números profanos,
estiércol sin aves,
cuervos y gusanos,
toman de la mano,
nadan tu presencia.
Tan vulgar,
infausta,
adusta,
nefasta y enferma.
Pesa muerta la demencia,
se desgarra.
En el acervo, la nostalgia
despliega espanto en la galera,
y no me puedo.
Miscelánea de un credo sin pausa,
de una noche sin prisa,
de mil siento volando,
de mi corona y estima.
Florecilla silvestre
baña de musgos su día.
Donde la luz
es lasciva.
Donde tu piel se hace carne.
¿Puedo ser tu guitarra?

sábado, 12 de septiembre de 2009

NOCHE SEXTAGÉSIMA TERCERA

Te quiero con tus más y con mis menos
Con los cuentos y las sales
Con el cuerpo, con sus mares
Suave luz abres mis ojos
Bordeando un poco mi nostalgia
Pintando betas
Lejanías
La risa escapa a mis cabales
La brisa, al sur, al no se cuánto
Duermo dormida entre tus manos

viernes, 11 de septiembre de 2009

SEXTAGÉSIMA SEGUNDA NOCHE

Todas las hojas son del tiempo
Todo mi libro llora espasmos
Toda tu sien es un lamento
Todos los gritos son sagrados
Todo tu amor es una trampa
Tan maternal como la muerte
Toda mi fe es hoy en calma
Sola quedás, no soy tu hija
Ya no más
Basta.
Bastarda soy
Muy tarde ya
Para perdones y mentiras
Ya no te creo
Todas mis manos son cenizas
Todo mi viento es un descanso

NOCHE SEXTAGÉSIMA PRIMERA

Ávida sed o desencuentro
Ven a lamer mi noche en pausa
Sin fin sin dios sin mi no soy
Van a ladrar cuando te vean

lunes, 7 de septiembre de 2009

SEXTAGÉSIMA NOCHE (a mi hija)

Cuánto es demasiado
Cuándo es todavía
Vos, el más común de los lugares
Yo, penando cuervos sin maíces
De los matices nada has aprendido
De mis raíces brotan gusanos desahuciados
Jugar a la niña con arrugas
ES ANTIESTÉTICO
Antitético
Antídoto
Antiespasmódico es crecerle un poco al tiempo
Y no dejar que los años pasen solos

Mujer! Ya despiértate nena.

viernes, 4 de septiembre de 2009

NOCHE QUINTAGÉSIMA NOVENA

Yo escupo
Tu entiendes
El lamenta
Ella disiente
Nosotros amamos
Vosotros sabeis
Ellos miran y no sienten
Tu mano en mi mano y mi mano en tu gestión de apagar todos los días que pasaron y arrasaron de mis manos su candor.

Los bises de los besos
Los viajes en los buses
Los subes si me bajas
Los creo que te entiendo
El amor como navaja
Al asilo de lo serio
A la memoria de los muertos
A la sal que deja la ternura
En mi boca
Quemándome
Cuándo te vas
Con tu sonrisa
Y me quedo con tu olor
En mis almohadas

QUINTAGÉSIMA OCTAVA NOCHE

Pánico y locura en la almohada. Las agujas aullaban sus tics tacs y el cuerpo febril se desnudaba en espasmos y sudor. Aún no amanecía ni sabía el gallo su canción. Aún se demoraba, y devoraba con espanto su temor. Al fin se estremecía, contando de uno en uno los escalones y los días. Quitándose incendiado los pantalones, temblando ciclotimias. Y creyéndole a un dios. Suave y nauseabundo. Que nada entiende de este mundo, que se acurruca en su dolor. Al fin el fin tenía entre sus manos y el tiempo se caía del reloj. En sí buceaba y sucumbía sin razón.
H
O
L
A
Hola, cómo estás, qué tal, cómo te fue, me fui, no ves, no estoy en mi sin voz, sin vos, sin ser, sin sol, sin sal, sin piel, sin ton ni son, ni es, ni va, ni sed, ni más, ni si.
NI NO.
Me fui, me voy, te vi, lloré, lo se, sentí, faltó, salté, corrí, sin más, d e s a p a r e c í
Y LO NOTASTE
Y lo marcaste
Y lo tiraste
Y mi silencio
Sin tu impaciencia
Es pensamiento
Es reflexión

Es intentar entender q u é c a r a j o m e p a s a q u e y a n o n o s s i e n t o
Ya no te siento
Sólo te escribo
Ya no es lamento
Ni letanía
Hay un imperio
De mil sonrisas
Que vienen por mí
Y me dejo llevar
P o r q u e m e e n c a n t a
La magia
Dios
Sus pecados
Radiohead
El vino
El pasado soldado
El futuro de noche
La miel y la sangre
El cuello
La brisa
El galope
Los besos
Esclavos de nombres
Los bríos
Los ríos
Los veranos sin llanto
Me voy
Me fui
Volví
Estoy
Vení

jueves, 3 de septiembre de 2009

NOCHE QUINTAGÉSIMA SÉPTIMA

Sin ser soy y se
que sabiendo es
igual difícil
Que siendo en mí
la sal del sol
marca su dios
Y el piso es
hipersensible
a mis pasos sin voz
a mi sueño mejor
a los días en que
ví mi luz y al caer
sentí que sonreía
Y la boca fue
siendo risa en la mejilla
Y el cielo pidió
le devuelva su color
Y el azul es cosa mía
y lo mío es siempre dos
al espasmo del amor
a la luz de la locura
a la mente sin razón
al abismo o la cordura
Con los ojos cerrados
me ves mejor

lunes, 31 de agosto de 2009

QUINTAGÉSIMA SEXTA NOCHE

Fuimos cómplices los dos
En la salud
como en la enfermedad
En la nostalgia
como en la tempestad
En los agravios
y en el malestar
En la tristeza
En la pereza
En la destreza
En la tibieza
Fuimos cómplices los dos
En la locura
En su decantar
En la sorpresa
era de esperar
En el siempre
En el jamás
En la muerte
Y su brisa impune

sábado, 29 de agosto de 2009

NOCHE QUINTAGÉSIMA QUINTA

Una gota salada de llanto se marcó en la hoja, como un punto, y cerró el libro. Repasó la rugosidad de la contratapa con su palma y la dejó ahí, reposando un tiempo en el silencio.
Levantando la cabeza miró al espejo y sonrió. A pesar del rimel corrido, de la cara mojada, de la ilusión rota, del siempre y del ya no te quiero. Sonrió suave y con los ojos.
Por la ventana entraba el sol y cantaba un gallo entusiasmado.

jueves, 27 de agosto de 2009

QUINTAGÉSIMA CUARTA NOCHE

Me lanzo al abismo sospechado
conocido
Como flecha
Y sin saber igual pregunto
y él responde
y me deslizo por algún otro plano
de la soledad
Y sin llorar
lloro
y pido auxilio
Es que duele
Y duele tanto
Y mi casa es un recuerdo
Y mis gritos son amor
Cada final
Cada final
Cada final
Cada final
Cada final
duele tanto como ese
como siempre
como que no estás
Y no hubo siempre
Y soy chiquita
Y me demoro
para recordarte
un poco
y otro poco más

NOCHE QUINTAGÉSIMA TERCERA

cada encuentro es sagrado
cada tiempo es pasado

miércoles, 19 de agosto de 2009

QUINTAGÉSIMA SEGUNDA NOCHE

que sí
que no
que la fiesta terminó
que la voz se nos cayó
por un suelo pedregoso
que sí
que no
que se ha partido en dos
la ilusión que abrazó
ese sueño caviloso
y aquí no para de llover
amen

domingo, 16 de agosto de 2009

NOCHE QUITAGÉSIMA PRIMERA (a Joaquín)

Sentí su mano en mi espalda y me di vuelta. Nos miramos un momento, en silencio. Mi gesto se aflojó al borde de la lágrima. Hola, dijo improvisando una sonrisa en la nostalgia. Saludé también y me acerqué a su abrazo. Traía el olor de siempre y bastante abrigo. Nos quedamos ahí un rato, en alguna esquina de alguna ciudad de noche, en un abrazo mudo. Tan mudo como el agua que brotaba de los ojos y la pena. Luego, sin decir palabra, tomó mi mano y caminamos a un cuarto de hotel céntrico y calmado. Nos quitamos la ropa, cada uno la suya, y nos metimos en la cama. Otro abrazo, ahora desnudos. Corrió el pelo de mi frente y buscó mis ojos apenas alumbrados por el velador de la mesita junto a la cama. Qué sueño nos atrapó mi amor, qué sueño! dijo, y sonrió sosteniendo aún mi pelo con su mano. Me besó muy breve los labios y antes de apagar el velador me miró de nuevo y propuso, vamos a despertarnos ahora, que ya es tarde.

lunes, 10 de agosto de 2009

QUINTAGÉSIMA NOCHE

Me dijeron que sí. Que no habría problemas con los tiempos. Que sólo era cuestión de organizarse un poco. Me quedé pensando, un rato, no puedo precisar cuánto exactamente. Intentando una estimación, podría atinar que fue un año, pero bien podrían haber sido dos. No, tres no fueron seguro. A lo sumo dos años y medio, pero tres es una exageración inasible. Pongamos que pensé al respecto unos dos años. No llegué a ninguna conclusión. Entonces pregunté de nuevo, si se podía. Me dijeron que sí. Que no habría problema con los tiempos. Que sólo era cuestión de organizarse un poco. Me quedé pensando, un rato.

NOCHE CUARTAGÉSIMA NOVENA

En el hueco que dejaste, en la cocina, aún no he puesto una heladera. Para no sentir el frío de tu ausencia. Y para no intentar conservar lo incorservable es que te fuiste. Con tu heladera a cuestas y las cien mil palabras que no dijiste. O que callaste. Yo me he quedado parlanchina, como siempre. Imprudente con los dioses y conversándole a tus sombras. Que no dicen nada. Pero me mienten. Mora crece desordenada y por momentos. Hoy salió el sol a saludarnos en el patio de las uvas muertas, parece que pronto va a llegar la primavera. Me servirán sus flores para el cementerio de tus besos. Y me servirá el verano, para ir silbando a comprar una heladera, sin sentir tu ausencia entre mis huecos, y sin pesar los días y tus sombras.

lunes, 3 de agosto de 2009

CUARTAGÉSIMA OCTAVA NOCHE

lento, te despido lento
te suavizo el sueño
te pienso despacio
muy lento
y te lloro
porque empieza el día

porque siento un otro
que se va muy lejos
sin haber venido,
que se te parece
en mis sentimientos

y me desdibujo
en mi propio espejo
que no te recuerda
que muere de intento

jueves, 30 de julio de 2009

NOCHE CUARTAGÉSIMA SÉPTIMA

Olvidé decirte que nunca estuviste aquí.
Que por aquí sólo pasa el viento
y no saluda.
Si vas a olvidar
que sea pronto.

miércoles, 29 de julio de 2009

CUARTAGÉSIMA SEXTA NOCHE

Dejé al amor en el fuego
y se me incendió.
Junto con las cortinas,
las revistas
y el tiempo.
Las cenizas brillan
nostalgiosas.

lunes, 27 de julio de 2009

NOCHE CUARTAGÉSIMA QUINTA

Flaquea el enlace.
Descuido a mis tropas,
y vienes tu, hombre de las nieves,
lanzando flechas.
Rosas.
Despierto a mis perros,
guardianes y bufones.
Pongo el grito en el suelo,
donde gotea la herida
que dejaron tus flechas.
Rosas.
Tus siempre.
Tus labios.
Tu a dios.
Al diablo con él.

domingo, 26 de julio de 2009

CUARTAGÉSIMA CUARTA NOCHE

Y si fuese tu pupila mi visión del mundo,
y tu manecilla el viento que promueve la tormenta.
Si creyera que tu calor es un sí rotundo a cada una de mis voces,
quizás te buscaría.
Pero mientras,
mientras tanto,
me quedo dormida entre tu silbido suave
y la sal que persiguen las hormigas.
Porque te prefiero, hoy, inasible.
Desplegando un manto de futuros
en mi cama, en mi calma, en mí.
Qué estarás haciendo hoy
mientras te pienso.

NOCHE CUARTAGÉSIMA TERCERA

La trizteza, la belleza, la sangre, el sudor, los cuerpos, la boca, el espanto, el temblor, la noche, los días, las cosas que soy, los vuelos, las manos, el fuego, el ardor, se acaban, se acaban, se – acaban, sea - caban, seaca-ban, SEACABAN.

CUARTAGÉSIMA SEGUNDA NOCHE

Visto de negro, asistiré al velorio de los días que se fueron.

NOCHE CUARTAGÉSIMA PRIMERA

Se derriten mis libros y las agujas del reloj son bigotes de Dali.
Seré de cera?

CUARTAGÉSIMA NOCHE (experimentando con tankas (poesía japonesa))

Ya se ve llegar
con la sonrisa breve.
Indómito ser,
me lleva en sus venas
de arena y fiebre.
………………………………………………
Cruje el dolor,
y el grito derrama
mil ríos de sal
en la noche sin prisa.
Ya no creo tu siempre.

NOCHE TRIGÉSIMA NOVENA

Están dopados los enamorados, están cansados los iluminados, están desnudas las formas de ser, están muertas las ambivalencias, las equivalencias, están jodidos los cuerpos sin almas, están vacíos los ojos del karma, está tendido tu cuerpo en mi cama, están dormidas las carreteras, está al acecho la mente ciega, está reseca la burla, agitado el tiempo, están de pie los abismos… y vienen por vos, cada mañana. Vienen.

TRIGÉSIMA OCTAVA NOCHE

Te presiento suave,
silencioso en la sonrisa.
Te presumo culpable
de mi piel cicatrizando.
Te asumo sabiendo.
Te espero dormida.

NOCHE TRIGÉSIMA SÉPTIMA

Se dispersa el eco de tu nombre
entre mi olvido
y mi vista sagaz.
Un momento,
entre tu boca y la mía.
El silencio se siente fugaz.
Y vas.
Vas creyendo,
creando,
crujiendo.
Los cimientos se van de las manos
cada vez que miro al espejo,
y no te encuentro lugar.

TRIGÉSIMA SEXTA NOCHE

La hendidura
que dejó tu piel en mi asombro.
Y en mi adios.
La belleza de ser
suave y vascilante.

NOCHE TRIGÉSIMA QUINTA

A esta altura,
el cielo es rosa.
Y ya no me encandila tu tiempo,
no me estrangula tu abrazo,
no te recuerdo tan triste.

TRIGÉSIMA CUARTA NOCHE

Templanza trajo la lluvia
y el frío nos pide calor.

NOCHE TRIGÉSIMA TERCERA

Caerán rendidos,
adustos, sinceros.
Se reirán muy breve,
vigilando al pueblo,
de tu sangre rota,
de mi sol sin puente,
que va y viene
por mi río añejo,
de soltar a tiempo,
de cortar las redes.

TRIGÉSIMA SEGUNDA NOCHE

Si te aprendieras mi forma,
mi sigilo,
mi cadencia.
Y yo aceptara tu nube,
tu siempre,
tu pavor.
Se fundirían las sales
del mar y la impaciencia,
de un cielo que esquiva
imprudente
mi sed.

NOCHE TRIGÉSIMA PRIMERA

Súbito azul
se desvanece
en mi manera de quererte.
Solapados van los duendes
en mi frente,
desojada y margarita.

TRIGÉSIMA NOCHE

Sexo imperativo
se agita en el aliento
de esta noche frágil.
Llueven clandestinas
las manos en el sitio
que esconde tus tormentos.

NOCHE VIGÉSIMA NOVENA

Sabés?
Conocés el color de mi delirio?
La muerte esconde,
bajo su falda,
los secretos de mi olvido.

VIGÉSIMA OCTAVA NOCHE

Pausa y prisa
ante el espanto.
Corriendo ciego
de cordura……..

OLVIDASTE

Me arrastro
cavilosa por tu sueño,
y mi cara
es el tormento del espejo
en tu mañana

NOCHE VIGÉSIMA SÉPTIMA

Corren, se apuran
las aguas que te encarnan
Habitan, orbitan
los siglos en tu cama

Y no espero
que me entiendas
que te acerques
Y no quiero
que preguntes
a mis nombres
buscando mis esencias

No ofrezco por mi alma
ninguna recompensa.

VIGÉSIMA SEXTA NOCHE

Hurgaste en mi sombra
y me atreví a tu pena.
Sin saber, latí tu sangre.
Enjuagué mi mente de reposos,
y como una enredadera,
me aferré a tu grito.
Canté con voz al dios del hombre
y sonreí con sorna recordando,
que dios es sordo.
Ya no hay piel que cambiar
porque tu carne arde de dolor.

NOCHE VIGÉSIMA QUINTA

Estarás buscando en la penumbra
en un cielo acongojado de misterio.
Circulando por el fuego frío de los dioses muertos,
de la voz callada,
o de tu vil mareo.
Escapando dócil al aguacero del olvido.
Los fantasmas que anidas posesivo,
hilarán hasta el final de tu conciencia.

VIGÉSIMA CUARTA NOCHE

En la piel, un anzuelo.
La sien, en mil pedazos,
y el cielo no es más que un invento fatuo
donde se espeja una luna,
tímida de luz y de tiempo,
donde resuena el azul
de mis años turquesa.

NOCHE VIGÉSIMA TERCERA

Relampaguea el almanaque frustrado
de tanto viento a la deriva.
En la saliva.
Y es tu voz que maquinalmente,
traduce mis nombres y orfanatos,
mis vidrios biselados,
mi devoción por las cornisas.

VIGÉSIMA SEGUNDA NOCHE

Quiero verte en mi jardín,
por mi ventana vaivén.
Ven ven que me urge
tu cuerpo pesando en el mío.

NOCHE VIGÉSIMA PRIMERA

Sordo uno y otra vez
en tu boca-nada el silencio,
y te hacés agua hasta los pies.
Sorpresivo espanto,
el de poder ver,
que estás vacío y hueco
de encantos en la piel.

VIGÉSIMA NOCHE

Al sol ya no lo espero,
lo dibujo en mi ventana.
Y lo miro cómplice,
disfrutando del dolor de nuestra farsa.

NOCHE DECIMA NOVENA

Emborracharle los gritos al dolor.
A tu amor
que se hace añicos.
Despejar la cabeza del ardor.
De este mar de desencuentro,
que todo lo moja.
Sal de una lágrima que llora desde siempre,
reseca tu ausencia.
Y mi tiempo cansado,
suspira apenado.
Abatido.

DECIMA OCTAVA NOCHE

Explota el nido putrefacto.
Quemo cada una de mis naves.
Son pocas las cosas en que aún creo.
Sonidos como flechas,
escarban los restos de mi calma en trance.
Las palabras desvanecen el tiempo.
Y llegan los colores.
Y se van. Todo se va.
Y vuelve.
Y se va.
Y vuelve.
Incluso yo.
Y vuelvo, siempre vuelvo.
Una vez más,
para poder volver a irme.

NOCHE DECIMA SÉPTIMA

De mi sueño brotan
pesadas las lágrimas.

DECIMA SEXTA NOCHE

Porque tu voz casi ni habla,
es un reflejo de la muerte.
Y si mi silencio falla,
las palabras son ardientes.
Porque vivo en el espanto
de los fantasmas más ausentes,
y aún espero,
quién sabe qué cosa.

NOCHE DECIMA QUINTA (A mi queridísimo Kurt Cobain)

Mi dolor es grunge,
desde que te escuché gritar,
con tu pulóver de bremer
y esa timidez en los ojos.
Desde que te sentí sincero,
tanto como mi angustia.
Mi dolor es grunge,
como la muerte,
que nos abraza fuerte
cuando lloramos solos.

DECIMA CUARTA NOCHE

Fantasmas de un tiempo sin nombre.
El llanto agitando nostalgias.
Se acercan un ciego y un sordo,
sonríen, se tienden las manos.
Disfraces le pongo a tu ausencia.
Remoto es el cielo pisado.
Rastrea tu mano mi ensueño,
despierto y te encuentro incendiado.
Y no me asombra.
Ya no me extraña.

NOCHE DECIMA TERCERA

Cuánto te urge mi aprecio.
Cuánto de espejo en tu carne.
Sola he querido a lo lejos,
una vuelta de hoja,
una llave.
Solo te encuentro,
y te abrazo.
A lo lejos.
Desde lejos.
Sin que lo notes
porque no estás

DECIMA SEGUNDA NOCHE

Se agita el cuento
en el que todos somos niños
y sonreímos inocencia.
Placer insoslayable.
Precario va mi cuerpo en calma
al final de lo profundo.
No te escapes,
¿No ves mi escombro
Sacudiendo la ironía?
De soñar,
de ser sincera,
de no tirarme desde el nido.
Querés de mi más que mi fuerza.
Yo no te escucho todavía.
Vacila el juego,
crecen los disturbios
de la mente sana en su agonía.

NOCHE DECIMA PRIMERA

Sorda encalla en mí la muerte,
y se queda,
pensativa entre mis dientes.
No me escucha,
pero entiende.
Ponle un precio a mi abismo
y te lo vendo.

DECIMA NOCHE

Hecho trizas queda el manto de mi enojo.
Saboreamos nuestros cuerpos desahuciados.
Grave noche nos encuentra atiborrando,
salvajes,
el vacío de los días.
Escandaloso es el miedo sin tu abrazo,
apremiantes las insignias del olvido.

NOCHE NOVENA

Te asesoro en materia de pecados.
Te trastorno con mi cuerpo de fantasma.
Mi sonrisa escupe abismos,
entre alaridos.
Tu color si que se siente bien naranja

OCTAVA NOCHE

El caos se despliega en mi sitio.
Sólo recuerdo las músicas
que inflaman los pasos.
Disfruto amenazas del tiempo,
y le provoco socarrona
un ataque de nervios.
Me agito entre palabras, imágenes sonoras.
El caos es mi sitio,
y allí habitaré.
Desde siempre.

NOCHE SÉPTIMA

Transpirada entre tus dedos,
brotan aguas de un mar muerto.
Estrellado el movimiento,
el vaivén de mi cintura.
Entre espasmos quema el tiempo.
Surreal es la locura.
Exijo a gritos, prendo y quemo,
tu fluir urgente, imprescindible.

SEXTA NOCHE

Te preguntarás por qué ya no grito tu nombre,
no lloro tu prisa o no te concedo palabra.
Querrás acercarte y sin conseguirlo, te marcharás,
con el lomo cansado y la nariz en punta.
No espejes tu escoria en mi tejado.
Ya comieron todas sus flores los chanchos
¿Y sabés qué? Aún tienen hambre.
Si tu reino espléndido me dejo sin brisas,
te preguntarás por qué ya no destilo pasado.

NOCHE QUINTA

Espasmos vitales sacuden ciclotimia.
La sangre bulle, desgarra amor y odio.
Los hilos de esperanza abrasan
cada esquina de mi sombra.
Indómita muerte,
que me urge
casi tanto
como la vida perpleja.

CUARTA NOCHE

Desilusión, demolición, ausencia.
Mis ojos escupen lo que ven,
no lo soportan.
Farsa vacía,
monigote sin registro para estrella.

NOCHE TERCERA

Noche de luz encalla sombras,
el amor sedoso reposa en los augurios,
y la lluvia ya hoy no baña todo.
Silogismo de tu boca explora mi inconciencia,
y ya no vienen como tropas las palabras a mi lengua.
En tu lengua, rastreo hasta el final de mis abismos,
y me quedo. Dormida. En tu mano.
Entre mis piernas, mudas, descansa tu presencia, tu paciencia.
Nuestro hogar una colmena,
tu abrazo, la miel que derrite mis espinas.

sábado, 25 de julio de 2009

SEGUNDA NOCHE

Saludaré a la muerte
quitándome el sombrero y la esperanza.

NOCHE PRIMERA

Mutilando espejos crecemos.
Nausea profunda.
No mezclemos tus abismos
con los míos.
Por favor
Por favor
Por favor
No hay saliva en tus salidas.
Recio y rancio tu discurso.