martes, 22 de diciembre de 2009

NOCHE CENTÉSIMA VIGÉSIMA SEGUNDA

cuán ávida luz
se desenrosca en mis brazos
y vuela,
pidiendo pistas
a un cielo sin nombres.
cuál es el color
que llevo en mis soplos.
ser descalza y saber
uno en uno los lazos
que van de la carne hasta el sol.
y te espero soñar,
en mi clave después
vienen cuentos mejores.
y del suelo caerán
de dos en dos
mil eslabones,
de una condena
que ya me olvidé,
que sin ser mía me fue.

No hay comentarios: