Se agita el cuento
en el que todos somos niños
y sonreímos inocencia.
Placer insoslayable.
Precario va mi cuerpo en calma
al final de lo profundo.
No te escapes,
¿No ves mi escombro
Sacudiendo la ironía?
De soñar,
de ser sincera,
de no tirarme desde el nido.
Querés de mi más que mi fuerza.
Yo no te escucho todavía.
Vacila el juego,
crecen los disturbios
de la mente sana en su agonía.
domingo, 26 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario