domingo, 26 de julio de 2009

NOCHE TRIGÉSIMA SÉPTIMA

Se dispersa el eco de tu nombre
entre mi olvido
y mi vista sagaz.
Un momento,
entre tu boca y la mía.
El silencio se siente fugaz.
Y vas.
Vas creyendo,
creando,
crujiendo.
Los cimientos se van de las manos
cada vez que miro al espejo,
y no te encuentro lugar.

No hay comentarios: