sábado, 6 de marzo de 2010

CENTÉSIMA CUARTAGÉSIMA QUINTA NOCHE

Que te quedes suave, casi tan sereno como grita el fuego. Y me digas algo. Algo lindo y nuevo. Que me dejes sola, para renovarme, y luego te vengas a venirme un rato. Que me lo recuerdes, por si te me olvido. Que sacuda el tiempo cada gota quieta y que sea rocío, lo que bañe el día que falte la lluvia. Que me prendas juego y que nos riamos. Que nos encontremos cuando nos miramos. Que sea sol de noche y la piel al día. Que se nos desprenda toda la mentira que nos enseñaron, para ser más nuevos, inventar un mundo. Que seamos sin ceros y con infinito.

No hay comentarios: