jueves, 4 de febrero de 2010

NOCHE CENTÉSIMA TRIGÉSIMA SEXTA

Voy a decirte lo que quiera, claro u oscuro, da lo mismo. A revolearte las maletas, a vomitarte el desayuno. Voy a escarbar bien a mi antojo, y desangrar toda tu sombra, muerto de sed y sin angustia, te beberás tu propio lodo. Voy a gritarte todo el fuego, que me consume si no llamas. A preguntarte dónde el sol, muerta la ley nace la trampa. Y si te inspira mi doler, mi sacudón sin primavera, mi azul tormenta siendo piel, y de mis llagas la primera, pues bien diré, que he sido fiel a mi saliva, y mis demonios por nacer, aún no me enjuagan la utopía, mueres de muerte y sin saber, sos el mejor de mis suicidas.